Redacción El Acasaguastleco
Un caso muy peculiar y trágico ha ocurrió en la ciudad de Santa Ana, El Salvador. Noel Santiago Barrera Mendoza, de 42 años, falleció en su casa debido a causas naturales. Sin embargo, lo que sigue es verdaderamente impactante.
Su hermano, cuyo nombre no se ha revelado, decidió cargar el cuerpo de Noel en hombros y trasladarlo a un templo católico ubicado a unos cinco kilómetros de distancia, con el objetivo de “entregarlo a Dios”.
Lo que es aún más sorprendente es que, a pesar de que los socorristas de Comandos de Salvamento y Cruz Verde encontraron al hermano de Noel cargando el cuerpo y lo detuvieron para tratar de auxiliarlo, este optó por cargar nuevamente el cadáver y seguir su camino, ignorando las advertencias de esperar a la Policía y la Fiscalía para el procedimiento de ley.
Según la ley salvadoreña, manipular un cadáver es considerado fraude procesal y puede ser sancionado con una pena de entre dos a diez años de prisión, además de una multa y trabajo de utilidad pública. Además establece una multa de entre diez a 50 días de salario y de entre diez a 20 jornadas semanales de trabajo de utilidad pública. Estas sanciones buscan proteger la integridad de los procedimientos legales y garantizar el respeto a los derechos de las víctimas y sus familiares.
“En la madrugada de este día, alrededor de la 1:45 a.m. ingresó al santuario una persona con el cuerpo sin vida de su hermano (…) falleció en su casa de habitación y fue que su hermano lo trasladó a pie y en hombros hasta el santuario para entregarlo a Dios permaneciendo postrado en oración durante varias horas”, publicó el templo católico en sus redes sociales.
El caso del hombre que cargó el cuerpo de su hermano fallecido a un templo católico ha causado conmoción entre los ciudadanos salvadoreños, ya que situaciones como esta no son comunes en la región.
En general, cuando alguien fallece de manera natural, el procedimiento habitual es llamar a un médico para que emita el acta de defunción y se inicien los trámites funerarios correspondientes.
Fuente: Prensa Grafica