Redacción: El Acasaguastleco
La tos ferina es una enfermedad bacteriana altamente contagiosa que causa una tos violenta e incontrolable, especialmente en bebés y niños menores de cinco años. La bacteria responsable es la Bordetella pertussis, que se propaga fácilmente de persona a persona a través de gotitas que contienen la bacteria cuando una persona infectada estornuda o tose.
Los síntomas iniciales de la tos ferina son similares a los del resfriado común, pero con el tiempo pueden empeorar y causar episodios graves de tos que pueden llevar al vómito o a una breve pérdida del conocimiento.
La principal forma de prevenirla es la vacunación, por lo que es fundamental tener al día los esquemas de inmunización de la niñez. El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) recomiendan la vacunación con la pentavalente, que protege contra la tos ferina, la difteria, el tétanos, la hepatitis B y la meningitis por Haemophilus influenzae tipo B .
Es importante mencionar que la tos ferina puede tener complicaciones graves, especialmente en bebés y niños pequeños, por lo que es fundamental buscar atención médica inmediata si se presentan síntomas como dificultades para respirar, pausas largas en la respiración o vómito después de toser.
La tos ferina es una enfermedad altamente contagiosa que puede ser especialmente peligrosa en lactantes y adultos mayores. A continuación, te presento los síntomas y prevenciones más importantes:
Síntomas
– Fase catarral: similar a un resfriado común (congestión, estornudos, fiebre leve) .
– Fase paroxística: aparecen los clásicos ataques de tos severa, seguidos de un silbido o “gallo” al inhalar .
– Fase convaleciente: la tos disminuye, pero puede persistir por semanas .
– En adultos, los síntomas pueden ser menos intensos, lo que dificulta el diagnóstico inmediato .
Prevenciones
– La vacuna DTaP es la principal forma de prevenir la tos ferina, especialmente en niños menores de 7 años.
– Los adultos deben recibir una dosis de refuerzo de la vacuna TdaP cada 10 años para mantener la inmunidad .
– Las mujeres embarazadas deben recibir una dosis de TdaP entre las semanas 27 y 36 de gestación para proteger al recién nacido .
– Mantener una buena higiene, como lavarse las manos frecuentemente, es fundamental para prevenir la transmisión de la enfermedad .