Estados Unidos estaría buscando presionar a Venezuela por temas comerciales, hidrocarburos y trafico de drogas.
Redacción La Prensa de Oriente
Estados Unidos. Donald Trump declaró este viernes que “hablará con Nicolás Maduro en un futuro no muy lejano”, una frase que surgió justo cuando Washington despliega una notable demostración de fuerza en el Caribe: aviones F‑35 y bombarderos B‑52 sobrevolando aguas venezolanas y el portaaviones USS Gerald R. Ford ya en la zona, según los informes de prensa del 21 de noviembre 2025 .
El mandatario estadounidense enmarcó la posible conversación como una oportunidad para abordar temas que le preocupan a su administración: la migración de venezolanos a EE. UU., los ciudadanos estadounidenses presos en Caracas y la lucha contra el narcotráfico, incluido el llamado “Cartel de los Soles” que Washington ha designado como organización terrorista extranjera a partir del 24 de noviembre . En la misma línea, el enviado especial Richard Grenell ya se reunió con Maduro a principios de año para tratar la repatriación de presos y la deportación de migrantes, aunque la Casa Blanca insiste en que la visita no implica reconocimiento del régimen .
Desde Caracas, la respuesta ha sido cautelosa pero abierta. Diosdado Cabello, del Partido Socialista Unido de Venezuela, afirmó que Maduro está “listo para un cara a cara” y que el diálogo es una herramienta estratégica, aunque subrayó que no se aceptarán presiones ni acciones violentas ⁵. Maduro, por su parte, ha calificado los ejercicios militares estadounidenses como “irresponsables” y ha pedido la paz, mientras aprovecha la ocasión para criticar la política de sanciones y la designación del cartel como terrorista .
En la región, la presencia de la flota estadounidense ha generado preocupación en países vecinos, que observan cómo se intensifica la tensión entre Washington y Caracas. Algunos analistas señalan que la combinación de presión militar y diplomática podría abrir un espacio para negociaciones, mientras otros advierten que el aumento de la fuerza también eleva el riesgo de escaladas inesperadas.
En resumen, Trump ha puesto sobre la mesa la posibilidad de dialogar con Maduro en medio de un despliegue militar sin precedentes en el Caribe, con ambos gobiernos manejando mensajes mixtos de confrontación y apertura, y con la comunidad regional observando de cerca cómo evoluciona la situación.
