Redacción El Acasaguastleco
Un reverendo llamado Joo Yeong-bong quién vive en Corea del Sur se enfrenta a un dilema. Por un lado, es un predicador que dedica su vida a servir a Dios, pero por otro, su negocio de cría de perros para el matadero está en problemas.
La situación es desafiante para Joo y otros criadores de perros, ya que se les da un plazo hasta febrero de 2027 para cerrar sus operaciones y vender los animales que les quedan. Sin embargo, muchos afirman que no es tiempo suficiente para eliminar gradualmente una industria que fue un medio de vida durante generaciones.
La implementación de la prohibición nacional de la venta de carne de perro para el consumo en 2024 ha generado incertidumbre en la industria, es una nueva medida tomada por el gobierno que busca respetar la vida de los caninos.
Además, la adopción de los perros es complicada debido a su tamaño y raza, y también existe un estigma social asociado a los perros que provienen de granjas de carne.
La prohibición podría ocasionar sacrificio de caninos
La prohibición del consumo de carne de perro en Corea del Sur ha generado un dilema complejo. Con cerca de medio millón de perros en cautiverio, los criadores y las autoridades se enfrentan a la difícil tarea de reubicar a estos animales.
La ley, aprobada en 2024, establece un plazo de tres años para que los criadores cierren sus granjas y reubiquen a los perros, pero muchos afirman que este plazo es insuficiente .
Los criadores, como Chan-woo, se enfrentan a la posibilidad de ser sacrificados si no logran reubicar a sus perros dentro del plazo establecido. Además, los perros rescatados del matadero ahora enfrentan la amenaza de ser sacrificados debido a la falta de espacios y recursos para albergarlos.
Las autoridades han anunciado inversiones para ampliar refugios animales y compensar a los criadores que cierren sus granjas, pero muchos critican que la medida sea insuficiente. La situación es desafiante, y se requiere una solución urgente para evitar el sacrificio de estos animales.